“Mosquera puede ser una ciudadela de tres millones de
habitantes” fue la afirmación que entre chiste y chanza se dijo oír de Peñalosa
hace mucho tiempo, cuando visito a la “vereda de las Cuatro Esquinas”. Aunque
no está bien de nuestra parte soportarnos en lo que no pasa de ser un chisme,
lo cierto es que Peñalosa es un gran “soñador”, como el mismo acepta, cuando de
hablar de Mosquera se trata. Así tuvo la oportunidad de demostrarlo en una entrevista con Yamid Amad en el noticiero CM& antes de las
elecciones que lo darían por ganador de la alcaldía de Bogotá, luego de
repetidos intentos por volver al Palacio de Lievano. Y es que la manera en que
sugiere que Mosquera puede acoger 500.000 viviendas en sus predios sin
construir da a entender, como bien se lo dijo Yamid Amad en esa oportunidad,
que fuese alcalde electo de Mosquera y no de Bogotá.
¿En qué consisten las 500.000 viviendas en Mosquera
de las que habla Peñalosa? Esa pregunta rondo por el Concejo Municipal de
Mosquera, que en menos de un mes estará pronto a renovarse. En una sesión
extraordinaria el jueves 5 de noviembre, Nicolás García Bustos, alcalde
saliente de Mosquera, expuso ante el concejo la reunión a la que había asistido
él en compañía del gobernador de Cundinamrca, Jorge Rey, y el alcalde entrante
de Mosquera, Emilio Casallas, con Enrique Peñalosa. Palabras más, palabras
menos, Nicolás dio a entender que lo de Peñalosa fueron ideas expuestas a la
ligera y que desconocían los problemas más urgentes del municipio, por lo que
era mejor no tomarse en serio la propuesta de las 500.000 viviendas porque no
hay ninguna idea concreta al respecto.
Aunque varios concejales quedaron satisfechos con la
presentación, salvo el recelo de la concejal saliente Ivonnet Tapia, quien
aduce que las intenciones de Peñalosa van a perjudicar al municipio, bien vale
la pena reflexionar si es posible que un alcalde pueda comprometerse a un
proyecto de construir 500.000 viviendas cuando a duras penas el gobierno
nacional entrego 100.000 en todo el país durante cinco años. Y es que aunque a
Peñalosa lo hayan financiado muchos empresarios vinculados a la construcción, ni siquiera un inversor extranjero podría llegar a
realizar tal cantidad de viviendas. Ni siquiera un programa como el de la “Gran Misión Vivienda” del gobierno venezolano, que
supuestamente va entregar la casa 1 millón en diciembre de este año después de
cinco años de endeudarse con China para su construcción, supone un proyecto al
alcance de un alcalde de Bogotá.
Si bien nuestra investigación como “Hijos del Zipa”,
divulgada en nuestro programa radial “Tertulias con la Sabana”, nos dio a entender que el área de
frontera entre Mosquera, Funza y Madrid puede llegar a generar una conurbación
gigantesca que bien daría origen a otro municipio, difícilmente lograría
satisfacer las expectativas tan ambiciones de un urbanista como es Enrique
Peñalosa. Lo que nos parece más probable, de consumarse dicha idea, es que se
replique un modelo como el de Ciudad Verde en Soacha, Macroproyecto de Vivienda de
Interés Social manejado directamente por el gobierno nacional, que se propone
la construcción de 49.500 viviendas. De momento lo prudente es esperar a que se
consumen los empalmes en las alcaldías de la Sábana para saber con certeza que
se proponen los nuevos mandatarios, especialmente el de Bogotá. Lo audaz seria
de momento esperar que se resuelva primero temas como la descontaminación del
río Bogotá y el saneamiento de los cuerpos hídricos que lo nutren, para
disponer de un recurso hídrico en óptimas condiciones, como el que en su
momento disfrutaron los hijos del Zipa…
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